Watts Humphrey, cuando acometió el desarrollo del original modelo CMM for Software, tomó el concepto de madurez para los procesos, de la "Quality Management Maturity Grid (QMMG) desarrollada por Philip B. Crosby en su libro Quality is Free (1979), y que según el autor establece un criterio de para determinar el grado de desarrollo y asentamiento de los procesos en una organización, en cinco escalones que denominó:
- Incertidumbre
- Despertar
- Aclaración
- Sabiduría
- Certeza
CMM-SW es por tanto un modelo escalonado, y otros modelos de la familia CMM también tienen una representación "escalonada" y comparten el concepto básico de por qué esos 5 escalones para medir la madurez de la organización.
Una premisa fundamental e inherente al concepto de madurez de procesos es que una práctica no puede implementarse si no es posible su repetición. En las organizaciones con escaso nivel de madurez las prácticas de alto rendimiento son sólo esporádicas.
Las áreas de procesos clave que forman los niveles 2 de los modelos CMM ayudan a las organizaciones a eliminar los elementos que les impiden repetir de forma estable resultados satisfactorios. En el caso del software las causas más comunes son las agendas, la consolidación de recursos y con un peso generalmente muy importante los cambios incontrolados de requisitos que arrasan la planificación inicial.
Bajo la presión de satisfacer objetivos irracionales, la dirección de los proyectos comienza a trabajar omitiendo procesos de ingeniería y cometiendo errores que cuando se detecten producirán tiempos y costes excesivos para su reparación. Como consecuencia los proyectos pierden el control de las agendas, presupuestos y nivel de calidad esperados. Cuando se sacrifican las prácticas de ingeniería de software, el personal técnico pierde las posibilidades de mejorar su rendimiento o de implementar ideas innovadoras. El objetivo principal del nivel repetible es inculcar un proceso disciplinado en un entorno que garantice las prácticas básicas necesarias para estabiliza un escenario que permite unas bases de rendimiento repetibles.
Obtenido un entorno de desarrollo estable y de condiciones repetibles, la organización puede centrarse en transferir las prácticas a través de toda su estructura. A pesar de que la organización puede realizar prácticas satisfactorias de forma estable al alcanzar el nivel repetible, los niveles de rendimiento varían entre personas y equipos diferentes.
El nivel de madurez 3 (generalmente denominado "Definido") centra la atención en los procesos que obtienen mejores resultados para identificar aquellas técnicas que mejor han funcionado en proyectos diferentes y las integra en los procesos generales de desarrollo.
Una vez que la organización es capaz de modelar su proceso de desarrollo de forma consistente, puede procesar la información obtenida para eliminar sistemáticamente las causas de las diferencias de rendimiento. El objetivo del nivel 4 ("gestionado") es establecer objetivos cuantitativos de rendimiento y calidad, reducir las variaciones en los procesos para estabilizar la capacidad de la organización para conseguir sus objetivos.
En el quinto nivel ("optimizado"), la organización se centra en un proceso de mejora continua. Identifica tecnologías y procedimientos innovadores que pueden mejorar de forma indefinida su rendimiento y posición competitiva. Las causas de los defectos se eliminan de forma sistemática.
Para mejorar la capacidad de desarrollo, el patrón CMM ayuda a establecer un entorno de aprendizaje en el que la organización aprovecha la experiencia acumulada para retroalimentar el proceso de mejora. De forma genérica el entorno de maduración crea un entorno en el que Las prácticas pueden repetirse. Las mejores prácticas pueden transferirse rápidamente a través de los diferentes grupos. Se reducen las diferencias de rendimiento. Las prácticas se mejoran de forma continua para aumentar la capacidad. Blogalaxia Tags: CMM CMMI P-CMM madurez
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